Entrevista a André JahJah
André JahJah
André JahJah es un pianista y compositor brasileño brasileño afincado en España desde el año 2006.
Empezó sus estudios de piano clásico siendo un niño, en concreto con Cristina B. Simalha. Se graduó como instrumentista en el Conservatorio Musical Souza Lima (São Paulo-Brasil, 2003).
Estudió también con el concertista Miguel Laprano, con el baterista norteamericano Boby Wyatt y con Lupa Santiago (jazz e improvisación).
En España, estudió con Adolfo Delgado en la Escuela de Música Creativa y realizó estudios avanzados en música en la Universidad Autónoma de Madrid (con especial énfasis en Jazz e improvisación). Es en esta universidad, donde defenderá su tesis doctoral y en la que imparte clases de piano, Jazz e improvisación, además de dirigir el combo de Jazz-UAM desde el año 2012.
Ha trabajado con músicos como: Irapoã, El pájaro Juarez, M. Andueza, El bruja, Santi Ibaretxe, IerêJazz… actuando en las principales salas de música en directo del país, además de realizar giras por Europa acompañando a músicos locales.
Actualmente, tiene intensificada su carrera musical como jazzista/solista, dedicándose a la producción y la grabación de su disco debut.
Entrevista:
H50MUAM. ¿Cómo supo del programa de doctorado en la Universidad Autónoma de Madrid?
A. Me pilla muy lejos… Trabajé durante un año en una escuela de música para niños: un colegio. Los niños tenían de 5 a 12 años. Fue muy traumático: yo no tengo el don de enseñar a niños. Me di cuenta de que me encantaban los niños, pero es muy complicado dar clase a 20 o 30 niños a la vez y enseñarles lo que es una blanca, una redonda o un cancionero popular. Hay gente que lo hace muy bien y yo no era de ellos.
Después de esa experiencia pensé ‘Me gusta dar clases, pero no a niños. ¿Qué tengo que hacer para dar clases a adultos?’, Y a ser posible de instrumentos, ya que es lo que hago bien: tocar.
Entonces me informé al respecto y vi que para dar clases en la universidad o el conservatorio necesitaba un máster. Estudié 3 ó 4 programas de doctorado que me interesaban. Dos centros me seleccionaron, uno en Barcelona y otro aquí. Elegí el de la Autónoma porque me gustaba la universidad: el campus, la gente…hasta el césped me gustaba. Empecé el doctorado porque quería dar un giro en mi vida profesional.
H50MUAM. Durante los años que estuvo haciendo el doctorado, ¿qué le aportó la UAM?
A. El conjunto de asignaturas del doctorado me aportó el conocimiento teórico y de investigación que yo no tenía. Cuando acabas el conservatorio, la perspectiva está enfocada a dedicarse a ser músico: tocar tu instrumento, no a investigar. Allí no te enseñan a investigar ni a seguir una metodología científica, no es su foco.
El doctorado me abrió la mente para poder investigar sobre algo y dejar de creer en cosas que yo mismo pensaba, sin fundamentos científicos. Es decir: ‘Si eso es así es porque alguien lo ha investigado antes, tengo que contrastar la información, introducir notas al pie…’. En resumen, el doctorado me enseñó a investigar.
Desde un punto de vista práctico, no hubo clases que contemplasen al instrumento, al piano. En el doctorado no había un pianista que me diera una asignatura de romanticismo, o de clasicismo, o barroco, para mirar a fondo mi repertorio.
La Autónoma, como universidad, me dio medios para fomentar ese trabajo de investigación. Por ejemplo: no es fácil acceder a los fondos JSTOR u otras revistas científicas cuya suscripción cuesta un gran esfuerzo económico. La universidad me permitió acceder a todo esto, por estar matriculado.
Tampoco hubiese podido acceder – como investigador libre – a fondos antiguos de bibliotecas. Es preciso tener la Universidad por detrás.
Solo eché de menos la parte musical-práctica, sonora. No me refiero siquiera a una asignatura, sino a algo que fomentara el hecho musical más allá de lo investigativo.
H50MUAM. ¿Cómo surge su interés por trabajar en la escuela de música de la UAM?
A. Es debido a dos razones. La primera es porque, mientras estuve aquí como alumno, no tuve la oportunidad de realizar un aspecto musical práctico porque no había una oferta de asignaturas de música práctica. Este suceso, afectaba también a alumnos de musicología, que tenían clases de diversas asignaturas, pero no tenían ese soporte de clase práctica para que pudiesen tocar su instrumento, evolucionar en ese ámbito. Creo que es importante si vas a ser músico, ya seas investigador, productor musical, o cualquier tipo de actividad relacionada con la música. Todas estas actividades requieren una formación práctico-instrumental como soporte, y tu formación debe de contemplarlo.
La segunda razón es porque dando clases aquí en la UAM, tuve la oportunidad de poner en práctica las cosas que había investigado en el doctorado. Por ejemplo, mi trabajo final fue sobre metodologías en Jazz. Entonces, como había la posibilidad de dirigir un combo de jazz, pude aplicar las metodologías mencionadas, las que había investigado.
En resumen, fue por poner en práctica lo investigado y por la oportunidad de aportar a la formación musical en el grado o en el máster…
H50MUAM. ¿Qué momentos considera que han sido fundamentales en su trabajo?
A. Lo más importante durante esos años fueron las oportunidades de sacar los alumnos de la universidad y realizar conciertos musicales fuera de la universidad.
Porque dentro de la universidad sí que se realizan eventos: la semana de la música, series de conciertos…, pero creo que es importante para los alumnos conocer el mundo musical fuera de la universidad.
Es destacable tener la oportunidad de sacar a los alumnos de la universidad y llevarlos a centros culturales o a tocar en garitos. También realizamos conciertos en salas de jazz, salas de música en vivo, teatros, y en un montón de sitios. Es decir, sacar a los de la universidad y de su zona de confort.
Eso también ha sido fundamental para mí, porque a través de esas puertas que se abrían llevando a los alumnos fuera, he conseguido contactos fuera de la universidad con salas, centros culturales… Al principio lo hice porque creía necesario sacar los alumnos fuera del ámbito de la universidad, y al final recibí también un reconocimiento fuera de la Autónoma.
H50MUAM. ¿Qué piensa que caracteriza a un buen musicólogo? ¿Y a un buen músico?
A. Pienso que ambos son complementarios y que no son excluyentes.
La cuestión es que un buen músico, por mejor músico que sea, no está preparado para investigar. Lo que se proponga investigar no lo realizará tan bien como un musicólogo que se ha preparado para eso y que posee los recursos y el conocimiento para investigar.
Un buen musicólogo nutrirá al músico-instrumentista de información cuando él esté estudiando su repertorio, o cómo tocar una obra, las características estilísticas de ésta, cómo introducir pedales, trinos, dinámica en una obra clásica por ejemplo… Entonces no son excluyentes, simplemente son trabajos diferentes.
Un buen músico debe caracterizarse por su capacidad de desarrollarse en su instrumento y un buen musicólogo debe caracterizarse por conocer música e investigar cosas que ese músico no puede.
Yo no imagino un musicólogo que no toque un instrumento, y tampoco imagino un músico que no sepa investigar nada. La cuestión es el sitio en que actúa cada uno de estos profesionales, y la capacidad que tiene cada uno de desarrollar al máximo nivel su actividad.
H50MUAM. ¿Es necesario, por tanto, tocar un instrumento para ser musicólogo?
A. ¿Para ser un buen musicólogo? ¿Para ser un gran investigador en música? Tienes que saber tocar un instrumento. La verdad es que a lo mejor no tendría que ponerse al mismo nivel que al del instrumentista, ya que este último se prepara para presentarse en conciertos, dado que se dedica a eso profesionalmente.
Pero sí, un musicólogo tiene que desarrollarse en un determinado instrumento y tener conocimiento musical práctico porque, sin este conocimiento, no entendería lo que está investigando.
Yo no podría hablar de piano e investigar sobre obras de piano sin poder sentarme al piano y tocar esas obras que investigo. Hablando de mí: yo investigo música para piano del periodo romántico, y sobre improvisación. O sea, que me dedico a investigar la parte que más domino de mi instrumento y si no pudiese tocarlo, no entendería ni la mitad de las cosas sobre las que investigo. Así que, sí. Es fundamental que un musicólogo toque un instrumento.
H50MUAM. ¿Considera que entre la escuela de música y la carrera de musicología hay cooperación o separación?
A. Yo creo que no es separación ni cooperación, creo que es falta de diálogo.
A la vez que anunciamos la escuela de música y las actividades del combo de jazz o clases de piano, de canto o de violín, esta información no suele llegar a los alumnos del grado o de los másteres.
Hay muchos alumnos que ni siquiera saben que existe una escuela de música dentro de la Universidad, que funciona en colaboración con la FUAM (fundación de la Universidad) y con la OCUAM (orquesta y coro de la universidad).
No hay una separación porque nunca hubo un enfrentamiento entre la escuela de música y el grado, lo que sí falta es que se fomente la importancia de la escuela de música y lo complementario que es a la educación en el grado de musicología o másteres.
Que sea un incentivo a los alumnos: que eso les proporcionara un consumo de créditos, algo que estuviera directamente relacionado con la educación del grado y posgrado.
Entonces no es separación, es una falta de diálogo y de incentivos.
H50MUAM. ¿Qué piensa de la separación entre conservatorio y universidades?
A. Yo creo que la división viene ya desde el conservatorio. Cuando una persona que busca formación musical tiene que elegir entre Dirección de Orquesta, Composición o Instrumento ya estás dividiendo.
Cuando entra musicología en la grada de los conservatorios y por ser un curso que por sus características no solicita la infraestructura de un conservatorio…es una división perpetrada por el sistema de enseñanza: es la enseñanza musical partida en cuatro.
Tienes que elegir entre tres modalidades de estudiar música.
Realmente no existe una pelea entre universidades y conservatorios, sino que hay una división dentro de la enseñanza musical misma.
H50MUAM. ¿Cuánto de “eurocentrista” es la formación que se ofrece?
A. Por estar volcado (el curso) a la música clásica, y con clásica me refiero al conjunto de músicas del renacimiento, barroco, clasicismo, romanticismo, impresionismo…, la educación termina siendo eurocentrista, porque es una música hecha en Europa.
Igualmente es eurocentrista la educación musical clásica en América o en Brasil. Con un factor añadido que allí se suman algunos compositores nacionales, por ejemplo Villalobos en Brasil o Ginastera en Argentina.
La formación musical, siempre que abarque exclusivamente la música europea, del renacimiento a principios del siglo XX, terminará siendo eurocentrista.
A lo mejor si hubiese una expansión en la grada curricular y se abarcara música que no está hecha en Europa… y ni siquiera hablo de etnomusicología, este panorama cambiaría.
Es preciso hablar de rock, de jazz, de blues, de pop,… música que fue inventada en otro continente. De este modo la educación sería más amplia, menos centrada en Europa.
Pero no veo esto como un defecto en la educación, ni siquiera en universidades o conservatorios. Es más bien lo que pretende abarcar los cursos. No hay una lucha o una resistencia a lo que no es europeo.
H50MUAM. ¿Cuáles son sus proyectos para un futuro?
A. El primero de todos es ser mejor pianista, por eso nunca he dejado de estudiar.
Mi proyecto es: tocar mañana mejor que lo que toco hoy.
H50MUAM. ¿Desea añadir algo?
A. A mí, personalmente, me gustaría que el espacio universitario fomentara que los alumnos hicieran música. Al fin y al cabo, los alumnos se reúnen aquí porque les une la música, y en concreto la música que les gusta, y que estudian. Luego la carrera les nutre con un montón de conocimientos que no tenían. Pero me gustaría que este espacio fomentara de verdad que los alumnos hicieran música.
He realizado con Pablo Carretero – exalumno del grado y máster de la UAM, durante 3 años consecutivos – las “Jam sessions” de la UAM. La hacíamos una vez al mes, por la tarde después de clase. Mucha gente acudía y muchos alumnos del grado de musicología tocaban, en diferentes niveles y en diferentes estilos y formaciones, debido a que tienen diferentes trayectorias. Se juntaban y tocaban.
Sería preciso que los alumnos tuvieran un espacio para hacer música siempre.
Entrevista por: Ignacio-Marcos Parrondo Moreno
Alumno de Historia y Ciencias de la Música y Tecnología Musical
Universidad Autónoma de Madrid.